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De haber tenido boca, el general *+wi0iw+*! hubiera sonreído con placer.
Para expresar su gusto pestañeó, en singular secuencia, los terceros párpados
de sus once ojos o lo que esos agujeros pudieran ser. Protegido por los campos
de fuerza y las barreras temporales de
su cuartel general, monitoreaba con
atención la invasión largamente programada al tercer planeta. Ese que apenas se
distinguía de los demás astros por los destellos azulados provenientes, con
seguridad, de las masas de agua que lo cubrían.
A años luz de allí, en un departamento del barrio de Flores, la mujer
dijo:
-Nati, ahí te dejo las cosas para que prepares milanesas. Hoy tengo un día complicadísimo,
si hay algún problema llamame al celular. Chau.
Ni bien la señora se hubo marchado, la
Nati puso manos a la obra tarareando un chamamé. Cascó los huevos en un cuenco. Uno tras otro, revelaron un interior
gelatinoso de inexplicable verde. La mujer tiró todo al tacho de basura y salió
para el almacén dispuesta a protestar por la porquería que le habían vendido a
su patrona.
La misma escena fue protagonizada por Marguerite en Paris, Ula en Moscú,
Giulia en Roma, Greta en Berlín, Sara en
Jerusalén, Pilar en Madrid, Rose en Londres y por cientos de miles más. Una
enorme cantidad de huevos de corazón verde fueron tirados a la basura sin que
nadie le diera mayor importancia.
Seguramente el general *+wi0iw+*!
y sus huestes podrían haber esperado a que la humanidad se extinguiera
sola dejándoles el camino libre para afincar sus colonias; pero como iban las
cosas esos bárbaros estropearían el delicado equilibrio ecológico con sus
torpes atentados contra la Naturaleza. En
manos de los humanos, la Tierra
no tardaría en ser sólo un recuerdo
yermo.
El general *+wi0iw+*! comunicó telepáticamente a sus superiores, que los
soldados enviados estarían listos para atacar en breve, ni bien terminaran de crecer, en los basurales del
planeta, fermentados por los efluvios de los detritus de los hombres .
La misión era un éxito. Los colonos devolverían a la Tierra su destino de paraíso.
Enviado a Perras Negras el 19 de junio de 2006. Consigna nº19 “Cuento
fantástico” en menos de 300p
2 comentarios:
Qué ocurrente lo de los huevos como método de colonización! No recordaba este texto que por la fecha lo has publicado en los primeros meses de vida de PN. :)
Es viejísimo, me sorprendí de que llevara tanto tiempo de escrito. Y me costó un huevo (nunca mejor empleado el término) ubicarlo porque no recordaba el título.
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