domingo, 1 de noviembre de 2015

NÚMEROS







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Para las diez estuvo muerto. La mano, otrora dulce, cosió su corazón amargo con nueve puñaladas.

Ocho postreras respiraciones y siete parpadeos incrédulos fueron su adiós.

Seis lágrimas rodaron por las mejillas de la dueña de la mano otrora dulce. Borró huellas, puso cinco cosas en un bolso roído y contó los cuatro pasos hasta la puerta de la casilla de chapa. Del otro lado, la libertad.

Pidió al chofer un boleto de tres pesos y se sentó en un asiento para dos.

“Uno puede cambiar su historia”,  dijo con la cabeza apoyada en la ventanilla del ómnibus.




*Cuento enviado a certámen microrrelatos (100 palabras)  Museo de la palabra 2014




1 comentario:

Alejandra dijo...

Muy bueno, admiro ese poder de síntesis bordado de números.